El once del once a las once
Lucía Coloreta me ha pasado unas horas después un wasap que dice que hoy es el día en que se liberan las energías contenidas desde hace siglos.
Impresionante la casualidad.
Yo estaba haciendo algo parecido con la maravillosa ayuda de ese ángel en la Tierra que es Cristina.
He llegado nervioso. Anoche estuve dándole vueltas a lo de Paula, al email que quiero mandarle. Creo que mi ego me despertó y desveló preocupado por lo que fuera a pasar en el masaje, por si iba a perder más poder todavía.
Y lo que ha hecho es ayudarme a ver dos cosas:
Que he estado reprimiendo sentimientos sin expresarlos a mí mismo ni a ella (esto explica mi infección de garganta de estas últimas semanas). Esos sentimientos los he escondido dentro de mí y se han estancado, provocando frustración y más apegos que han brotado durante estos meses cuando tenía contacto con ella. He aceptado y reconocido esos sentimientos y también se los voy a decir a ella. Por otro lado, ya sé lo que tengo que hacer. Lo que debería haber hecho desde el principio: soltar. Dejarla marcharse, dejarla volar. Y hacer yo lo mismo. Si somos el uno para el otro la vida nos reunirá. Si no, nos hemos dado una oportunidad de avanzar enorme. Y alguien más adecuado a esa evolución llegará a mi vida.
He hablado esto con Cristina. Me ha dicho que cree que no necesito psicólogo. Ya lo estoy viendo todo y decidiendo un muy buen camino. Que lo estoy haciendo muy bien. Me han salido las lágrimas. No sentía vergüenza. Siento una confianza absoluta en Cristina. Ya no está la atracción sexual que sentí cuando nos conocimos. Ha derivado en un cariño enorme, limpio, sin expectativas, sano. Es una persona extraordinaria. Me siento súper afortunado de que esté en mi vida. Y es impresionante en el momento en el que llega esta enorme ayuda que me da. El Universo me está trayendo ángeles.
Cristina me ha explicado el proceso. Estaríamos desnudos, y me ha recomendado que no juzgase nada de lo que pasara, que olvidara mis máscaras y viviera el viaje por mí mismo, ella era la acompañante. He sentido una confianza plena en ella. He decidido abrirme a la experiencia sin limitaciones, viajar hasta donde me llevara el alma. Y el viaje ha sido tremendo.
Me he dado una ducha primero. Nos hemos puesto primero de pie con la mano cada uno en el corazón del otro. He empezado a sentir una paz enorme y mucha confianza. Mucho cariño, caricias y abrazos con calor humano. Me siento como un niño abrazado por la madre Tierra.
Me he tumbado bocabajo y he tenido sensaciones muy agradables, sin nada que me incomodase, incluso cuando ha acariciado mi zona del ano he estado súper tranquilo y relajado. Además, me he centrado en soltarme ahí, pues es dónde están los miedos más terrenales. Soltarme, soltar. Es importantísimo ahora mismo.
En un momento en el que Cristina me estaba poniendo la mano sobre el corazón he sentido un bloqueo, energías que no avanzaban, y me han dado como espasmos, latigazos de energía. Y me ha invadido una tristeza enorme (se me saltan las lágrimas escribiéndolo) y me he puesto a llorar. Cristina me ha dicho: “Repite esto conmigo:
Me acepto
Me valoro
Y me amo tal como soy.”
Lo he repetido y ha sido como abrir las compuertas. Ha salido todo el dolor y una tristeza gigantesca, un desamparo, un desamor que estaban ahí atascados. Ha salido como un géiser junto a las lágrimas. Pero a la vez sentía alivio, calor, amor por mí mismo. Me he puesto la mano sobre el corazón. Me he dado amor y creído las palabras, viviéndolas, integrándolas frase a frase en mí.
ME ACEPTO
ME VALORO
ME AMO TAL COMO SOY.
A partir de ese momento he notado otras energías luchando, más bien bailando, con las antiguas, las estancadas. Estas nuevas energías eran como de color naranja. Y me sanaban todo el cuerpo físico y energético. Ya no pensaba tanto, mi cabeza ha parado de dar vueltas a lo de Paula. Ya he estado más centrado en mí. Hasta que me he perdido en mí, he estado totalmente presente. Y sentía la calidez de Cristina arropándome, apoyándome, guiándome.
En la parte sexual ha sido una experiencia más espiritual y de energías. He sentido liberación, pero creo que todavía hay una parte bloqueada. No sé si se desbloqueará después de hablar con Paula, sanar las cosas y soltarla. Pero las sensaciones y las energías eran abrumadoras, sanadoras, sentía entrar en mí la energía que he estado bloqueando todos estos meses. He temblado, he llorado, he sentido la mayor soledad, la tristeza más amarga, y también la paz más profunda y un Amor por mí mismo que siento cada vez más poderoso.
Cristina me da dos claves importantísimas:
-Respirar. Hondo, pararse, cuando vea venir al pasajero oscuro que vive dentro de mí. La respiración es clave en nuestro nivel de consciencia. Además, ahora tengo mi lugar de paz y amor que he creado dentro de mí después de estos meses de viaje interior.
-Decidir dejar atrás el pasado. Ya no soy mi pasado. Cuando el ego me traiga cosas del pasado ignorarlo. Ya no existe. Puedo empezar de nuevo. Elijo empezar de nuevo. Eso es lo más importante a nivel humano y planetario ahora mismo.
Y otros consejos para mi vida:
Lanzarme a compartir este proceso, ayudar a otras personas que pasen por lo mismo que yo.
Escribir sobre esto. Recuperar el proyecto de “las historias que nos contamos”. Me acaba de dar un escalofrío al escribir esto.
Escribir una lista de cómo quiero que sea la vida que me merezco. Mi pareja, mi tipo de relación, mi trabajo, yo,… ya he empezado a escribirla.
Soltar. A Paula. A mi viejo yo. Mis viejas creencias y limitaciones.
Es momento de soltar y dejar atrás tanto a nivel personal como a nivel mundial.
M, de Valencia (Noviembre 2020)